Real Balneario de Salinas

Dirección: Avda. de Juan Sitges
CP - Ciudad: 33405 - Salinas - Castrillón
Teléfono: 985 51 86 13
Web: http://www.realbalneario.com/
Fecha:20-05-2012
Precio por comensal: 53.5 €
Puntuación:   

Lo primero a destacar de este restaurante cuando estás a la mesa son las vistas. Es importante, al hacer la reserva, pedir la mesa cerca de la ventana para disfrutar en primera linea de playa.
Si encima te toca un día soleado como a nosotros, miel sobre hojuelas.

Como aperitivo de bienvenida nos recibieron con una crema de patata con maki de atún rojo.

Ya que todo en la carta parecía estar buenísimo, nos decidimos por tomar 3 entradas a compartir entre cada dos comensales. Quizá las fotos no hagan justicia. Al ser un plato tan grande parece que las raciones sean más pequeñas.

"Papada de cerdo ibérico con risoto de boletus". Yo probé un poquito y lo encontré fuerte, aunque a la pareja que decidió compartirlo le encantó y no dejó nada en el plato.

"Pulpo del pedrero con verduras glaseadas". El pulpo estaba sabroso, jugoso, suave... buenísimo. Pasó lo que suele pasar en estos casos: supo a poco.

"Montadito de setas, foie fresco y yema de huevo". Tenía una pinta buenísima, y los que lo probaron dijeron que estaba realmente rico.

Como plato principal y como es costumbre, hubo diversidad de opiniones.
La "Lubina al cava" es una de las especialidades de la casa y demostró a los que la pidieron por qué motivo. Yo tengo que decir que la probé y encontré la salsa un poco fuerte. Es verdad que no soy aficionada a las salsas.

"Magret de pato con pisto de verduras y frutos rojos". Una de nuestras apuestas fijas por los pescados se decantó por una carne. Nos sorprendió a todos y creo que se sorprendió ella misma porque lo cierto es que el pato estaba delicioso.

El "Lomo de salmonete de roca con arroz cremoso" estába buenísimo. El salmonete estaba muy sabroso y el arroz en su punto. Tengo que reconocer que me encantan los salmonetes y éste estaba de muerte.

 El miembro más carnívoro del grupo se decantó por un entrecot (no recuerdo si de ternera o de buey) pero el metre le sugirió cambiarlo por un "entrecot de Angus Aberdeen con patatas paja" fuera de carta. Al final resultó que la sugerencia estaba correcta (nada más), pero costaba casi el doble. Me pareció un poco timo... quizá pecamos de inexperiencia. Por si alguien se pregunta ¿y dónde están las patatas? Venían en un plato independiente y no tenemos foto :-(

Al llegar a los postres, de nuevo tuvimos diversidad de opiniones, lo que siempre está genial, porque al final acabamos probando más platos.
Yo me decanté por el "Tocinillo de cielo de la abuela con helado de leche merengada". Simplemente delicioso.

"Crujiente de compota de manzana". Para mi que soy tan golosa, es un postre un poco soso, por eso yo me tiré por el tocinillo.

"Brownie de chocolate con sorbete de mandarina". Este tipo de combinación chocolate/cítrico siempre es un acierto.

"Milhojas de crema ligera de café". Al igual que el crujiente de manzana, lo encontré un poco soso.

Todo esto estuvo acompañado de agua y vino. Sé que no tiene perdón lo que voy a decir ya que este restaurante se caracteriza, entre otras cosas por su gran bodega, pero no recuerdo qué vino tomamos, es uno de los problemas de tardar tanto tiempo en completar las entradas del blog, ¿verdad? Si alguno de mis acompañantes tiene memoria (o foto de la botella) que me lo diga o lo añada como comentario.
En general, la comida estuvo muy bien, aunque me esperaba un poco más del servicio.
En cualquier caso, a pesar incluso del precio final, me queda un muy buen recuerdo. Cuatro de los comensales pensaban que tirábamos la casa por la ventana porque íbamos a celebrar 2 cumpleaños. Los dos de los cumpleaños ya conocíamos el final: acabamos brindando por el nuevo miembro de la familia que está por llegar.